Infertilidad y Esterilidad
Querer y no poder tienen distintas causas
Ambos conceptos van de la mano, la esterílidad hace referencia a la incapacidad desde el punto de vista germinal, es decir, un óvulo que no puede ser fecundado o un espermatozoide que no puede fecundar a un óvulo, en términos más sencillos, la incapacidad para que se geste un embarazo, mientras que la infertílidad se refiere a la dificultad para que una mujer en edad fértil logre un embarazo a término o al nacimiento del producto.
Para ambos casos se clasifica en primaria y secundaria; la infertílidad primaria se define cuando nunca se ha logrado un embarazo; y la secundaria es cuando ya ha habido un embarazo con parto normal anteriormente, pero en tiempos más recientes esto no se da. Al igual, en la esterilidad, la primaria es cuando nunca se ha dado la fecundación, y la secundaria cuando ya ha habido y por alguna causa ahora es más difícil o imposible.
Se puede decir de manera general que existen dos factores para el desarrollo de estos fenómenos.
El factor masculino: se refiere a la disminución de la calidad y/o cantidad de la población de espermatozoides o alteraciones estructurales o funcionales de los genitales para la realización del coito.
EL factor femenino: es más complejo y engloba más alteraciones, cuestiones hormonales, alteraciones anatómicas del aparato reproductor (naturales o quirúrgicas), infecciones no sospechadas con anterioridad como en el caso de la Clamidia.
El médico determinará la causa del problema y ejecutará una serie de análisis médicos para buscar una solución oportuna a la pareja que busca el embarazo.
Es típico que esto se presente cuando tras un año de relaciones sexuales sin anticoncepción no se ha logrado el embarazo. Este periodo de espera se acortará cuando la mujer tenga entre 35 y 40 años y no se debe demorar la orientación terapéutica a mujeres mayores de 40 años.
Asimismo si existe algún antecedente ginecológico o andrológico en la pareja se debe realizar el estudio de la misma sin demora.